La crioterapia es la aplicación del frío sobre el organismo. Debo confesar que no soy medico y que detesto los hospitales, pero esta es una técnica muy sencilla, muy natural, pues mayormente se utiliza agua o hielo y ademas es una técnica muy antigua. Desde el siglo IV a.C Hipócrates utilizaba agua fría y nieve para el tratamiento del dolor, las inflamaciones y las hemorragias.
Al tratarse de un vasoconstrictor, reduce la llegada de sangre a un lugar y por lo tanto favorece la reducción del dolor, provocando también un efecto antiinflamatorio. Desde aquellos tiempos no ha dejado de usarse por los beneficios a corto plazo y lo barato de este tratamiento. Hoy en día continúa siendo uno de los recursos más utilizados por médicos y fisioterapeutas. Un poco de agua fría, una bolsa de hielo, un paño húmedo, un gel o un spray de frío sobre la zona dañada pueden calmar el dolor y evitar una inflamación tras un golpe o caída.
Este sencillo tratamiento es muy utilizado en casos de esguinces, inflamaciones y contusiones, donde funciona como analgésico, anestésico, y antiinflamatorio, por lo que es de gran utilidad.Tras la lesión, la aplicación de hielo es fundamental durante estos tres primeros días, ya que ayuda a disminuir el edema que se produce cuando se lesiona un músculo y hace que la recuperación sea más rápida.
La crioterapia también se utiliza en el aparato digestivo para evitar el vomito, en casos de inflamaciones vasculares que pueden provocar jaquecas y migrañas, para disminuir la fiebre y para el tratamiento de insolaciones.
Sin embargo debe evitarse en caso de personas con problemas del corazón, alteraciones de la tensión arterial o reumatismo.
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