Recientemente en el programa “Caso Cerrado” de la doctora Ana Maria Polo hubo un caso que tenía mucho que ver con las polimitas. La doctora confeso que nunca había escuchado sobre estos singulares caracoles cubanos, que son verdaderas joyas de la fauna cubana. Confieso que me sentí algo orgulloso, pues yo si había escuchado hablar de las polimitas y si sabia que eran unos caracoles de colores que se dan en Cuba y que viven en los árboles.
Una cosa curiosa, mi conocimiento sobre estos moluscos tuvo que ver con mi interés por la filatelia, recuerdo que alguna ves coleccione sellos postales y que en una de aquellas colecciones de sellos cubanos aparecían esos coloridos caracoles. Fue através de los sellos que conocí acerca de las polimitas.
Hoy en día y a través de Internet he podido investigar mas sobre estos pintorescos caracoles y he aprendido que se encuentran en peligro de extinción y que son endémicos de Cuba donde solo existen en el municipio de Baracoa. Inclusive se ha tratado de “transplantarlos” y expandirlos a otras zonas similares en Cuba pero no se ha logrado éxito, por lo que continúan existiendo solo en Baracoa.
Las polimitas realizan una labor altamente beneficiosa, pues limpian las hojas y tallos al ingerir los hongos y líquenes que los cubren. Sólo unas pocas polimitas adultas son suficientes para mantener una planta de café libre de hongos. Así pues, además de producir conchas tan extraordinariamente bellas, las polimitas actúan como eficaces auxiliares de los agricultores.
Las Polimitas son hermafroditas. Cada individuo tiene órganos reproductores masculinos y femeninos. Cuando llega la época de la reproducción, la cual generalmente coincide con el período de lluvias, dos individuos se unen, generalmente en la noche y efectúan su fecundación cruzada, y ambos quedan fecundados. Al cabo de varias semanas los huevecillos han alcanzado su madurez en el interior del animal, éste desciende por las ramas o tronco de la planta hasta el suelo. Allí cavará pequeños huecos en la tierra, y depositará cuidadosamente alrededor de una veintena de huevos. Varios días después, saldrán los pequeños animalitos, de unos 2 ó 3 milímetros de tamaño, y buscarán el tronco de una planta para trepar en busca de hongos o líquenes e iniciar su vida arborícola. A tierra volverán cuando escasee el alimento y sea necesario salir en pos de una nueva planta, o cuando sean adultos y bajen a depositar los huevos de donde saldrá la siguiente generación de polimitas.
Se desconoce por qué se encuentran en mayor abundancia a los lados de los caminos hechos por el hombre, lo cual las aproxima a su mayor peligro y, por otro lado, donde se dan en mayor abundancia es en los cafetales, lo que no es lógico pues la polimita es endémica de Cuba, y el café nació en un sitio muy distante, la meseta de Abisinia, en África. Sin embargo las polimitas y el café se llevan tan bien que pareciera que hubiesen nacido el uno para el otro.
3 comentarios:
increible, jamas habia visto algo asi, saludos.
Muy interesante, muchas entidades en Cuba deberian saber el valor de estos pequenos moluscos aprender a protegerlos, pues verdadesramente son joyas vivientes y son muy sensibles a los toxicos y elementos no biodegradables, pero no solo en Cuba exitian polimitas, hay otro molusco de su familia nombrado belimitas. Si los encuentra,ya que son muy diferenciados con otros moluscos por sus colores, favor comuniquelo, preservar las especies es cuidar de nuestra sociedad
A mi me gustaria tener algunos. Como podria conseguirlo. Mi correo caracolesevilla@gmail.com. Gracias
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