Los niños aprenden desde pequeños que el cubano en Cuba es un ciudadano de segunda clase y que lo mejor que pueden hacer es irse tan pronto puedan de aquel país, o unirse a los lacayos del régimen. No se les enseña a pensar con independencia sino a seguir lo que diga la “revolución”, en Cuba es famosa la frase “con la revolución todo, sin la revolución nada”
- niñito cubano,
que piensas hacer,
- un mundo mas justo,
que el mundo de ayer
Sin embargo en ese “mundo mas justo” de ellos, impera la envidia, el hambre, el disimulo, la mentira, el robo, la hipocresía, la intolerancia, y las niñas sueñan con crecer y ser jineteras o al menos casarse con un “yuma” que las saque del país.
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